lunes, 4 de marzo de 2013

LA GUITARRA DE MI PADRE


El corazón se acelera,
se emociona, se amilana,
cuando escucho de tocar
esta sencilla guitarra. 
Su escultura es de madera
noble, como la tierra
que la viera de nacer.
Suave, curada, rubia o morena
que suena,
como el mismo atardecer. 
Llena de gloria y cultura
es la guitarra que siento
porque se dejó tocar
por las manos de el Maestro
 
Con garra, con fuerza
interpretando flamenco.
Rica en notas melodiosas
cuando interpretaba a Falla
a Granados, o El Sitio de Zaragoza 
Fue guitarra de la tuna
rondando a bellas mujeres
en serenatas nocturnas
mezcladas en amaneceres 
Hoy descansa ya en su tumba
(en su estuche de madera)
recordando viejas glorias
que en otros años viviera. 
Aquí permanece
y aquí seguirá
hasta el día que yo me muera. 
Esta es mi herencia
la mejor, que me pudiera tocar
Su guitarra de madera
Porque en ella está su alma
y las huellas que dejara
mi padre, mi maestro,
Don Antonio Catalá 
          María A. Catalá
        05-11-2006
 
 
 

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