Llegó
la jubilación
esperada
tantos años
No
más hornos, no más humos,
ni
más tartas esperando
a
que el dulce pastelero
las
amase con sus manos
Trabajaste
siendo un niño,
un
zagal, un adolescente.
Elaboraste
mil bollos
montaste,
cien mil merengues
En
las fiestas destacadas
los
pasteles reclamaban
el
saber de aquél Maestro
que
aquellas manos mimaran
Tartas,
dulces, y más tartas
por
San José o San Antonio.
Y
por Pascua,
Borrachuelos, peladillas y roscos.
En
Los Santos, eran los huesos,
por
primavera, la mona
durante
el año, de todo
empanadillas,
milhojas,
ricos
cuernos de merengues
y
calatravas melosas,;
cualquier
manjar para el gusto
elaboraba
el Maestro
buen
músico y excelente pastelero
Se
lo dedico a Gavina
que
se comió tus milhojas
¡Qué
pena que no escuchara
esas
notas tan hermosas
seguro
que le gustaban
tanto
o más que aquél hojaldre.
Ya
sabes amiga mía
que
te hablo de mi padre
María
A. Catalá
28-03-2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario