sábado, 13 de junio de 2015

LIBROS MODERNOS

Libros modernos

Tus vocablos me seducen.
Tus palabras me entusiasman.
Con tu saber me introduzco
en fantasías amagadas.

Leerte me da la vida,
me place, enormemente,
narrativa, poesía…
satisfacen por igual
 mi  corazón y  mi mente.

Eres viejo cual la Historia
¿Desde cuándo?
Se le escapa a mi memoria.

Arcaico, seductor,
intrigante, complaciente…
me drogas, me implicas
en relatos diferentes.

A veces la intriga por el final,
me atrapa de tal manera…
que tienta a mis instintos
para saber cómo queda;
eso a menudo,
me pasa con la novela.

La poesía es otra cosa,
su música celestial
me eleva a lo más alto,
leo pausada, despacio;
me paro en cada punto en cada coma,
me empapo bien de sus versos,
me recreo,  me emociona.
  
A ti también te afectaron
las nuevas tecnologías.
He de decir, que el peso es menor.
En un nobook, puedes llevar
casi media librería, pero…
el encanto de pasar las hojas una a una,
hace que por ahora, sea leal
a tu vieja estructura.

Sigo mojando mi dedo
con la punta de la lengua
sujetando el  volumen
aunque las manos me duelan.
No sé, hasta cuando lo haré,
hasta dónde llegará mi apoyo fiel.

Libro:
de una manera o de otra
por siempre, te leeré
Es para mí un gran placer tenerte
entre mis grandes amigos.
Electrónico o de papel
te llevaré, siempre conmigo.

María A. Catalá

06-04-20014

EL PERIOÓDICO

EL PERIÓDICO

Jóvenes y viejos
grandes y pequeños
mujeres y hombres
blancos y negros
¡atended,
qué ha salido el noticiero!

Trae de todo
malo y bueno,
más desgracias que alegrías
más ruina que dinero.

Trae anuncios de teatro
la cartelera de cines
de economía, mil datos
y páginas de contactos
que son, las que les dejan cuartos

También habla de deportes
(lo que es fútbol mayormente)
y las cartas al director
 una sesión de siempre.

El papel pasa a la historia
ahora ya son páginas Webs
¡Diario, quedarás en la memoria
cuando fuiste de papel.
Otra cosa del progreso que cambió.
Más oficios que se pierden
¡Vaya por Dios!

María A. Catalá

01-05-2010

martes, 5 de mayo de 2015

CADA DÍA ESTOY MÁS PASOTA



He llegado a esa edad,
donde la vida se ve de otra manera,
donde me da igual
que haga viento o que llueva,
donde paso de los malos rollos,
donde me evado de líos y embrollos,
donde le doy importancia
 aquello que lo merece,
donde me enfado, menos veces,
donde valoro más lo que tengo,
donde soy más comprensiva
 ante gente que padece,
donde pretendo ser más tolerante  y prudente.
Donde me tomo la vida con más calma.
Donde huyo de las prisas
y disfruto con las charlas.
No quiero stress, ni gritos
escribo, me comunico,
 a través de las nuevas tecnologías;
en ellas he descubierto
a gente, que no conocía
y que quizás, no conozca en la vida
pero… por las que siento respeto y cariño
dándome mucha alegría
cuando al abrir el facebook,
me saludan, me contestan
o le dan a me gusta al leer mis rimas.

Desde este medio nuevo para mi
os quiero decir: Gracias.
Gracias por visitarme,
gracias por compartir amistad conmigo
amigas y amigos.

Supongo,
que con el tiempo cambiamos el Chic
dándonos cuenta
que lo importante es vivir.
Imagino, será cosa de la experiencia
que a partir de cierta edad, se manifiesta.

María A. Catalá

17-02-2005




miércoles, 14 de enero de 2015

MELILLA ES MUCHO MÁS QUE UNAS VALLAS

¿A qué me recuerda mi Tierra?.
A manteca colorá,
 a candelas de San Juan
a la señora María, a doña Josefa
a paseos por la Avenida
a colegios de peseta
a casabubu, a gamba fresca,
a sardinas “aliñás “ de la Bodega Madrid
a la procesión de La Soledad;
a carrillos, a leche de Las Cuatro Vacas
a mortadela del Pato ,a siriguiso
a tiras de cachondeo
al juego de la lata ,a feria, a playa,
a pasear por el morro
a pinos de Rostrogordo
a venta ambulante
a huevos del campo
a melones, a tomates
a puestos callejeros de sandías
a jugar en la calle
a las figuritas, a las cinco chinas,
a secar los huesos de albaricoque
a las chapas, a las canicas
a las cuatro esquinas
al escondite, al pilla- pilla
a pico, zorro, tiene
a la cuerda ,a la pelota.

Mi Melilla me recuerda:
,aquella muñeca de carne
que me trajeron los Reyes,
al del burro vendiendo patatas
a los ensayos de la banda de Regulares
a la guitarra de mi padre
a los cantos de mi madre
me recuerda…
al que pregonaba ropa vieja
a la fiesta del borrego,
a las galletas hebreas,
a los bocadillos de queso manchego
en La Vela.
A recorrer estaciones en Semana Santa
y estrenar vestido nuevo
a huesos de santo, a borrachuelos;
al que vendía “morcillones”,
a soldados paseando por las calles
cuadrándose al toque de trompeta
a eso me recuerda mi Tierra.

Al olor de los potajes de la señora Isabel,
a los cortes de agua en verano
a mis vecinos, a mis hermanos;
cómo no, al chocolate Maruja
al queso de bola
a los Andújar, a los Benaventes,
a Joaquina la gorda,
a té con hierbabuena
a bolillas pestosas
a los polos de dos reales
que hacía la señora Antonia,
y también, al Malasangre
al Andresito, a Pepe Palillo
a recibimientos y despedidas en el Puerto
a los vivos y a los  muertos
a desfiles militares
al carro del “aguaor”
al que cambiaba ropa vieja por cacharros
al olor del zapatero remendón.

A guardias de asalto en el Cuartelillo
a serenos, a risas, a juegos
a instituto, a colegios.
A gigantes y cabezudos
aquellos chiquillos que venían del campo
pidiendo pan duro
y te daban hierbabuena,
a los que vendían recién cogidos,
higos y chumbos
y los traían hasta la  puerta

Me recuerda, a mi vecina Esterina
que me llamaba los viernes al ponerse el Sol
para que apagara el fuego.
Me recuerda
a la buena convivencia que había
con los hindúes, magrebíes
gitanos y hebreos.

Al comercio de los Indios
Pagoda y Palacio Oriental.
A la leche en polvo
que nos obligaban a tomar
y que sabía tan mal.

Me recuerda
A La flor de la India
a Tagores, a Méndez, a Cabanillas
a mi maestra Doña Anita
a milhojas de crema
a bares, a confiterías.
A misas del Gallo
a música en el Templete
a guateques, a Mantelete.

A eso y mucho más
 me recuerda mi Tierra
¿Cómo la voy a olvidar?
Esa es la Melilla
que llevo en mis entrañas , no la de las vallas
que no son más que circunstancias
de un mundo
que clasifica a los seres humanos
como si fueran manzanas;
los ricos a un lado
al otro, los que no tienen nada.
Pero, esta antigua Rusadir
no tiene culpa de nada
en ella está, la historia de nuestras vidas
buena o mala, pero nuestra
y por eso, ha de ser respetada

Esta es la Melilla  que viví,
la que amo, la que siento,
la que llevo dentro,
la que me inspira
la que llevaré  en mi alma  mientras viva
la que forma parte de España
porque Melilla es,
mucho más que unas vallas.

María A. Catalá

15-12-2014