jueves, 27 de enero de 2011

MIGUEL HERNÁNDEZ

Orihuela fue tu cuna
pero no, tu despedida
un frío reformatorio
 impidió,
que se alargara tu vida.

En tu obra se contempla
amor, por lo campesino
en ella expresas,
con  sencillez
todos los años vividos.

La cárcel fuera el castigo
que recibiste
por pensar de otra manera.
No entendieron,
que la cultura, no tiene rejas.

Huiste de las prisiones
buscando la libertad
pero aquellos embajadores
no te dejaron volar.

Te llevó pronto la muerte
tuvo celos de tus rimas
apenas, 32 años;
pero fueron suficientes
para alegrarme la mía.

¿Qué bonito me lo pones!
¡Qué preciosidad de versos!
Tus palabras me acarician
me llenan de besos.
Tus sílabas, me conmueven
y tus letras me aprisionan
 me embelesan, con su aroma.
   
¡Guerra de España
cuánto bueno te llevaste
por uno y por otro bando
tantos, que todavía,
nos estamos lamentando.

Los barrotes no impidieron
que expresaras tus anhelos;
ni la guerra ni el penal
hicieron  mella en tus versos.
De ellos, me quedo
con esta preciosa nana
que dedicaste a tu hijo.
A mi siempre me sirvió
para dormir a los míos:

En la cuna del hambre
mi niño estaba
con sangre de cebolla
se amamantaba.

Y cerraban sus ojitos
sin saber quien escribió
aquella canción de cuna.
porque a ellos  les bastaba
lo que su madre cantaba
pensando en aquél poeta
que la escribió, con ternura.

La pleuresía te guió
a las garras de la muerte.
La poesía te ensalzó
para mi suerte.
Me empapo de tus poemas
una y mil veces.
mi poeta de Orihuela
nunca  se  muere.

María A. Catalá
23-04-2010



martes, 25 de enero de 2011

ADIÓS CHARO

ADIÓS CHARO

Me pongo a escribirte            
mis últimos versos
y no me salen las rimas
¡Tanto te quiero decir!
¡tanto te quiero contar!
y sin embargo mi pluma
no me deja comenzar.
Las lágrimas y el dolor
emborronan mi cuartilla.
No voy a volver a verte
esta enfermedad maldita
te arrancó de nuestras vidas.

Me conformaría tan sólo
con poder darte un abrazo
y decirte.
¡Canijilla come más!
No fumes, o
¡Mira la Charo qué guapa va!
pero…no me queda más remedio
que conformarme
aunque nunca, voy a olvidarte.

En nuestras charlas matutinas
(donde hablamos, más que trabajamos)
salió muchas veces el tema
de esta palabra temida: la muerte
que veíamos muy lejana
pues como decía Pujol
“Ahora, no tocaba”.

Caprichoso es el destino
que nos maneja a su antojo
ante él, ni ciencia, ni dioses,
ni mal de ojos.

Cuando la gente se va
casi todos somos buenos
Pero en tu caso Carito
Es cierto.

¿Defectos?
como todo el mundo.
ese pronto inesperado
que te salía algunas veces,
pero cientos de virtudes
que practicabas con creces.

Lo que yo destacaría 
por encima de las otras
“la de ser sumamente generosa”
Ya sabes que te decíamos;
no sé qué haremos sin ti
el día que te canses de nosotras
Y tú siempre respondías
Aquí, dejaré mis cosas.

Un hacha con las tijeras
recortando lo que fuera.
Ordenada y  meticulosa
era, mi perfecta camarera.

Fíjate, que aunque sean malas,
me van saliendo las rimas
más no serán
las últimas que te escriba.

Cuando tenga que contarte algo
te escribiré,
esta será la manera
de comunicarnos.

Culé, hasta el fondo de tu alma.
Valiente con el dolor,
como una brava heroína
y ante todo
un gran persona
y una buena amiga.

Donde estés,
no dejes de vigilarnos.
Haremos esa comida
como muy bien planeaste
y guardaremos las brujas
que ese día nos regalaste.
La tengo, muy a la vista
y cada vez que la miro
me acuerdo de ti, Charito.

Estas locas que tanto te quieren
te echarán mucho de menos.

Sólo me queda llorar,
es mi único consuelo.
Te aseguro que lo haré
Rosario Escaño: TE QUIERO

María A. Catalá

Enero-2011


domingo, 9 de enero de 2011

MI QUERIDA GENTE


Alas, solicito al viento.
Humedad, a la hermana lluvia
Calor, a mi padre el Sol
y a este aire que respiro
le pido yo,
oxigeno para mi cuerpo
y mi pobre corazón

Mi espíritu se alimenta
de otras cosas más sencillas:
De esperanza, de amor
de tristezas y alegrías
de amistad, de ilusiones,
de caricias;
de recuerdos de mi Melilla.
Del cariño de mis hijos
de la unión , de la atención
que me brinda mi familia
y de saber…
que allá en el Firmamento
unos ojos me vigilan.
De todo, estoy bien servida.

El alimento del alma
tiene buenos ingredientes
Gracias Dios mío
por sentirme tan querida
por tanta gente

María A. Catalá
26-05-2010