martes, 25 de enero de 2011

ADIÓS CHARO

ADIÓS CHARO

Me pongo a escribirte            
mis últimos versos
y no me salen las rimas
¡Tanto te quiero decir!
¡tanto te quiero contar!
y sin embargo mi pluma
no me deja comenzar.
Las lágrimas y el dolor
emborronan mi cuartilla.
No voy a volver a verte
esta enfermedad maldita
te arrancó de nuestras vidas.

Me conformaría tan sólo
con poder darte un abrazo
y decirte.
¡Canijilla come más!
No fumes, o
¡Mira la Charo qué guapa va!
pero…no me queda más remedio
que conformarme
aunque nunca, voy a olvidarte.

En nuestras charlas matutinas
(donde hablamos, más que trabajamos)
salió muchas veces el tema
de esta palabra temida: la muerte
que veíamos muy lejana
pues como decía Pujol
“Ahora, no tocaba”.

Caprichoso es el destino
que nos maneja a su antojo
ante él, ni ciencia, ni dioses,
ni mal de ojos.

Cuando la gente se va
casi todos somos buenos
Pero en tu caso Carito
Es cierto.

¿Defectos?
como todo el mundo.
ese pronto inesperado
que te salía algunas veces,
pero cientos de virtudes
que practicabas con creces.

Lo que yo destacaría 
por encima de las otras
“la de ser sumamente generosa”
Ya sabes que te decíamos;
no sé qué haremos sin ti
el día que te canses de nosotras
Y tú siempre respondías
Aquí, dejaré mis cosas.

Un hacha con las tijeras
recortando lo que fuera.
Ordenada y  meticulosa
era, mi perfecta camarera.

Fíjate, que aunque sean malas,
me van saliendo las rimas
más no serán
las últimas que te escriba.

Cuando tenga que contarte algo
te escribiré,
esta será la manera
de comunicarnos.

Culé, hasta el fondo de tu alma.
Valiente con el dolor,
como una brava heroína
y ante todo
un gran persona
y una buena amiga.

Donde estés,
no dejes de vigilarnos.
Haremos esa comida
como muy bien planeaste
y guardaremos las brujas
que ese día nos regalaste.
La tengo, muy a la vista
y cada vez que la miro
me acuerdo de ti, Charito.

Estas locas que tanto te quieren
te echarán mucho de menos.

Sólo me queda llorar,
es mi único consuelo.
Te aseguro que lo haré
Rosario Escaño: TE QUIERO

María A. Catalá

Enero-2011


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