Alas, solicito al viento.
Humedad, a la hermana lluvia
Calor, a mi padre el Sol
y a este aire que respiro
le pido yo,
oxigeno para mi cuerpo
y mi pobre corazón
Mi espíritu se alimenta
de otras cosas más sencillas:
De esperanza, de amor
de tristezas y alegrías
de amistad, de ilusiones,
de caricias;
de recuerdos de mi Melilla.
Del cariño de mis hijos
de la unión , de la atención
que me brinda mi familia
y de saber…
que allá en el Firmamento
unos ojos me vigilan.
De todo, estoy bien servida.
El alimento del alma
tiene buenos ingredientes
Gracias Dios mío
por sentirme tan querida
por tanta gente
María A. Catalá
26-05-2010
María A. Catalá
26-05-2010
1 comentario:
es hermoso,lo que escribes,pues habla tu corazon,yo comparto tu amor por la poesia,asi la siento y la vivo yo
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