martes, 4 de noviembre de 2014

EL ABRAZO DE MI MADRE

El abrazo de mi madre

Me viene a la memoria
un recuerdo de mi madre
un hecho, intrascendente
como diría mucha gente.

Fue, el último año
que mi madre vino a visitarme
(agosto del 97)
tres meses antes de que
le sorprendiera la muerte.

Salía de mi dormitorio
(recién levantada)
con los pelos alborotados
y una bata que ella me había regalado;
era, azul turquesa
con cara de japonesas.
Mi madre me miró,
me abrazó y me dijo:
¡hija mía que guapas estás!.
Como es natural, me quedé perpleja
menuda facha debía tener
con los ojos pegados
y la melena revuelta,
pero a ella, le parecí bella.
Ahora me doy cuenta que eso,
sólo lo dice una madre
una madre, como ella .
Aún conservo aquella bata
cosida unas cuantas veces
que me sigo poniendo, cada verano
porque dentro de mi siento todavía
aquél abrazo.


Conforme pasan los años
me voy dando cuenta que,
de los errores se aprende,
ellos curten , nuestra experiencia.
Cuando somos jóvenes
nos creemos sabios
todo lo  antiguo no vale
no valoramos, los consejos dados.
¡Vamos, de sobrados!
pero hay amigo cómo te acuerdas de ellos
cuando hacen lo mismo contigo,
aquello que nos aconsejaron
hoy, soy yo quien lo digo.

Mamá, tú eras la sabia y yo la “lista”
Te ruego perdones, mis osadías.
Gracias por los consejos
que tanto me han servido en la vida;
no sé si el día de mañana
cuando ya no esté…
mis hijos pensarán
como lo hago yo ahora,
será la señal,
que no lo hice tan mal,
porque tuve buena maestra
tu ejemplo y la experiencia
me han servido para ver,
lo importante ,que en mi vida eras.
17 años sin tenerla y no dejo, 
de pensar en ella

 María A. Catalá

25-07-2014

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