miércoles, 11 de abril de 2007

GUITARRA


Te escuchaban mis oídos,
en el vientre de mi madre
y desde entonces empecé,
a quererte y respetarte.


En la cuna, ya te amaba
allí, empezaste a hablarme
con tu música: guitarra.

Tus cuerdas alineadas
acompañaban mis sueños
con una preciosa nana,
que interpretaban sus dedos.

Tus arpegios y bemoles
ahuyentaban mis temores
y tus notas melodiosas
hicieron de aquella infancia
para mí, la más dichosa.

Guitarra contoneante
con tus curvas de mujer
¡Cómo camelas al cante
con tu embrujo y tu saber!.


Eres guitarra sonante,
una esfinge de madera,
que guarda en sus entrañas
la mejor de las soleras.


¡Qué arte y sabiduría!
¡Qué magia, que brujería!
¡Cómo envidio yo las manos
que te manejan guitarra!
¡Cómo anhelo amiga mía
un día poder tocar!
y cómo me gustaría,
no tener ese pesar.


María A. Catalá
13-05-2005

No hay comentarios: