¡Con la alegría que llego
y la tristeza que me voy!
Viendo, cómo parte de mi vida
se queda escondida, en tus rincones.
Allí quedan archivadas
mi infancia, mí boda,
mi primer beso,
mis primeros pasos,
el final de mi embarazo,
mi bautizo,
el nacimiento de mi hijo,
mis paseos por la
Avenida ,
mi comunión,
mis amigas más queridas,
mis vecinos de la calle Barceló.
El cariño, de mis tíos y de mis abuelos,
mis visitas al cementerio
los ladridos de mi perro
y tantas cosas
que quedan en mi recuerdo.
Y sobre todo se quedan
dos seres muy importantes
que son: mi padre y mi madre
enterrados en tu suelo.
Y hasta aquí vengo
para llevarles
cuatro flores al cementerio
y les pido protección
para sus hijos y nietos
Me voy triste.
Me voy llorando.
porque dejo a mis hermanos;
porque se queda
un trocito de mi vida
y cuando parto no sé,
si otro año volveré
a pisar, a mi Melilla.
Pero no quiero estar triste.
Me quiero ir, con la alegría
de volver a visitar
esta mi tierra querida
María A. Catalá
Septiembre 2007
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