miércoles, 20 de febrero de 2013

MI ABUELA ANA


El otro día recordaba
siendo aún muy pequeñita
canciones que me cantabas
 y que canto todavía.
 
Cuando mi tío se iba
de marcha o de maniobras…
me quedaba con mi tía
porque no durmiera sola
y escuchaba por las noches
esos terribles quejidos
que decías que te quemaban
¡Ay que ver lo que has sufrido!

Me acuerdo perfectamente
de aquél botijo amarillo
que tenía forma de gallo
y con agua del Bombillo
te acercaba yo a los labios
 

En mi ilusión infantil
soñaba con aquél ángel
que vendría para salvarte
pero nunca apareció,
no se dignó ni a asomarse
hasta entonces nunca supe
el mal ,que provoca  el cáncer

Estuviste cuatro años
empotrada, en una cama
¡cómo luchaste con él!
¡cómo le plantaste cara!
pero el cáncer fue más fuerte
que tu fe y tu esperanza
y en mayo, por primavera
te llevó, sin decir nada.

Nunca olvidaré aquella imagen
un domingo de mañana
contaba, con 8 años
y era la primera vez
que vi de cerca la Parca.


En mi mente está grabada
aquella mañana triste
en que mi madre corría
llorando, desesperada,
diciendo, que te morías
Se murió, mi abuela Ana.


Tenías 52
cuando Dios te recogió
¡Qué joven era mi abuela
y qué  pronto se murió!
Poco disfruté de ella.

Desde aquí te mando un beso
yo sé, que te encuentras con
tus hijas y con tu nieta
las tres, víctimas
de la misma enfermedad.

Hoy se cura, eso dicen
pero a mí me quedó el trauma
y no lo podré olvidar
te quería mucho, abuela Ana
y por eso hoy, te he querido recordar

 María A. Catalá
2004

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