No
llores pequeña Luna,
no
llores tú, vida mía,
escucha
atenta esta nana
que
te la escribió tu tía.
Mi
niña está mamando
de
la teta de su madre
¡Que
sonrisa tan bonita
cuando
ya, sacia su hambre!
Mi
niña ya se durmió
sin
tiempo para cambiarla
se
quedó tan satisfecha,
que
no quiero despertarla.
Tiene
mi niña una cara,
que
se puede comparar
con
su tocaya la luna
¡Qué
guapísima que está!
Cariño
duerme tranquila
que
tu madre está a tu lado
no
tengas ninguna duda
siempre
te protegerá
pues
para ella serás
siempre,
su pequeña Luna.
María
Catalá
Noviembre
2004
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