Ya no tengo yo la casa,
donde viví, con mis padres.
Ya no tengo yo mi patio,
con sus rejas a la calle.
Ya no tengo veinte años,
ni sueño,
querer casarme
Ya no vivo yo en Melilla
de donde soñé escaparme.
Ya no tengo mi figura
ni mi memoria de antes;
Ya no tengo a mis hermanos
tan cerca, para escucharles.
ni tengo la libertad,
que perdí, un día al casarme;
Y ya no tengo a mi hijo
aquí, cerca de su madre.
He perdido agilidad,
para aprender en el baile
Que por tener ya no tengo
ni a mi padre, ni a mi madre.
María A. Catalá
13-09-2004
María A. Catalá
13-09-2004
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