viernes, 5 de febrero de 2010

QUÉ SILENCIO!

¡Qué silencio!
¡Qué maravilla de paz!
¡Qué ausencia
de mundanales ruidos!

¡Qué tranquilidad!
La tierra se volvió muda.
Mis oídos, están serenos.
Mi cerebro no percibe
más que sones placenteros.

¡Qué armonía de conjunciones
entre la Tierra y el Cielo
El color azul y verde
se funden,
como el calor funde al hielo.

¡Qué letargo tan ansiado!
¡Qué momentos tan profundos!
¡Qué silencio tan callado
disfruto  estos segundos.

María A. Catalá
08-09-2006




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