sábado, 17 de febrero de 2007

A MI PADRE


No creas que me olvidé
del triste acontecimiento,
que mañana ya hará un mes
y no te olvido un momento.

Hoy me invade la tristeza
y me viene a la cabeza
cuando tú me comentabas,
que tenías cuatro hijos
y tres, aprendieron la guitarra.

Yo era la oveja negra
por no querer estudiar,
pero ahora que no estás
por desgracia ya en la tierra,
he decidido aprender.
Mas no se si serviré
para esto del pentagrama.

Aunque te juro papá
que con un poco de arte
y poniendo muchas ganas
aprenderé poco apoco
a tocar bien tu guitarra.

Y si no fuera posible
aprenderme todo eso
pensaré que más allá
desde allí arriba en el cielo,
me escuchará mi Maestro.


                          María A. Catalá
                           17-03-2005




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