Cuando
piensas que te libras
de
ese ciclo mensual
aparecen
nuevas formas
de
quererte fastidiar.
Un
13 de enero
cuando
tenía 13 años
apareció
por sorpresa,
mi
primera regla.
¡Ya
eres mujer!
me
dijo mi madre satisfecha
(pensaría
en mi futuro
cuando
fuera casadera.)
Aquél
acontecimiento,
me
duró, casi cuarenta años,
mes
tras mes
menos
, en los dos embarazos.
Jaquecas,
dolores abdominales
y
otras incomodidades
me
dieron, aquellas reglas.
Pero,
cumplí los 52 y,
como
vino ,se marchó.
¡Qué
bien, qué contenta!
se
acabó el mal humor
que
precedía a estas fechas
¡Adiós
a la menstruación!
¡Qué
feliz!, todo eso se acabó, si,
pero,
me subió el colesterol
el
pelo perdió su brillo,
cogí
kilos, sin ton ni son,
aparecieron
las canas
(
sienes plateadas, según algunos poetas)
que
me tengo que tintar
cada
vez que se revelan.
Los bochornos
me invaden constantemente
pasas del frío al calor,
de repente
Las
cremas, se hicieron imprescindible
si
no, parezco un lagarto
hay
que hidratarse
la
cara, los pies ,las manos…
Las
hormonas que no paran:
Primero,
la menstruación
y
si ésta se interrumpe,
aparece
el embarazo
más
cambios.
Y
ya, rematando la faena,
la
menopausia; tiene gracia.
De
una costilla no nos sacó
porque
resulta evidente
¿quién
pare? Las mujeres
¿qué
saco de todo esto
me
dirá el que lo lea?
No
sé, pero …y lo a gusto que te quedas
No
me quejo de estos ciclos femeninos
gracias
a ellos,
he
tenido a mis dos hijos
que
son, lo que yo más quiero.
Pero
de sexo débil nada,
que
quisiera ver a alguno
padeciendo
tantos cambios
en
sus flamantes hormonas.
Somos
mujeres, con virtudes y defectos
fuertes
y luchadoras.
María
A. Catalá
10-05-2013
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