Indignación
y pena siento
en
estos momentos.
Quisiera
ser razonable pero,
no
puedo traicionar mis sentimientos.
¿El
mundo se ha vuelto loco?
¿De
verdad, qué solo importa el dinero?
Las
personas qué somos
¿títeres
que manejan los financieros?
Si,
financieros que manejan a los gobiernos.
Especuladores
del tres al cuarto
que
arruinan los países
sin
importarles
más
que los “cuartos”.
Ellos
son los poderosos,
los
que están, por encima de todo,
los
que comienzan las guerras
en
su propio beneficio,
los
que provocan el hambre
llenándose
los bolsillos.
Y
toda esta gente a quien votamos
¿qué
hacen?
Cuando
me toca votar, me digo:
voy
a probar con estos
a
lo mejor acierto,
pero,
pasa la legislatura y sigo
con
el mismo desconcierto;
eso
,en el mejor de los casos
porque
a veces son peores,
más
robo, más paro, más incierto,
más
gente perdiendo sus casas,
más
personas sin alimentos.
La
salud, se derrumba,
la
educación ni te cuento;
sólo
se habla, de la prima de riesgo.
Para
primos nosotros :el Pueblo
ante
ciertos incompetentes
que
no saben cómo hacerlo
guiados,
por “asesores expertos”
¿en
qué, si puedo saberlo?
¿en
llevarse nuestro dinero?
Alcaldes,
diputados,
ministros,
consejeros…
sino
sabéis de qué va
¿a
qué viene tanto empeño en ese puesto?
Paguemos
a los asesores y
que gobiernen ellos;
con
el ahorro de sueldos,
mandamos
esa suculenta deuda
a
los infiernos.
A
la indignación y pena,
tengo
que añadirle miedo
porque
percibo
un
futuro un tanto incierto.
Esta
gente no debe olvidarse,
que
están ahí, porque quiso el Pueblo.
Tienen
el voto legal, pero, ¡ojo con ello!
¡Basta
ya de incompetentes,
de
lujos de algún iluso,
de
avispados chaqueteros,
que
se llevan el dinero
mientras
la gente de a pie
no
llega a final de mes.
Indignación y pena,
rabia y miedo.
Eso
es, lo que siento
María
A. Catalá
12-11-2012
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