Sin ser creyente ferbosa
ni una asidua practicante
le rogué una simple cosa
que por fin, se lo llevase.
No quería verlo sufrir
de ese modo innecesario
no quería verlo vivir
en medio, de ese calvario.
No existía ya solución
ni la mínima esperanza
su vida ya se acabó
asumido en su ignorancia.
Sólo conocía a su Pepa
Ella fue, su media vida
su sostén y su cabeza
su enfermera, sus pies
la mujer, que le hizo compañía
Ya se marchó el tío Luis
ahora está por allí arriba
saludando a los vecinos
a los amigos, a la familia.
Aquí dejas a tu Pepa
entre lamentos y lloros
no te preocupes por ella
nosotros la cuidaremos
como si fuera un tesoro
Su descanso se hizo eterno
Su vida, llego a su fin
yo te mando muchos besos
mi querido tío Luís.
Dale recuerdo a mi padre
y a mi madre si la ves.
Diles, que viven en mi recuerdo
y que me encuentro muy bien.
Velad, por todos nosotros.
Siempre seguiréis viviendo
dentro de mi corazón
Por hoy, tu sobrina Mari Pepa se
despide
te dice, su último adiós
María A. Catalá
24-08-2006
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