martes, 9 de abril de 2013

MONTSE B.


No sólo perdiste el amor
que fue tu vida.
No sólo dejaste,
de acariciar sus mejillas,
de sentirlo, de tenerlo
de poder hablar con él,
de notar junto a tu lado
el contacto, con su piel…

No sería suficiente
tanta pena,
y tanto dolor escondido
sabiendo que cualquier día,
se marcharía tu marido.

¡Qué injusta es la vida a veces!
arrancándole  ese padre
a sus hijos adolescentes.

Te quedó toda la carga
del trabajo, de la casa,
de problemas que acontecen
cuando tratas de educarlos;
pero tú no te preocupes
que a tu lado,
muy cerquita de tu alma
hay un ser que te protege
 que te cuida y te reclama.

Procura salir airosa
de éste,
y de otros menesteres.
No te hundas en el fango,
con el paso de los años,
te darás cuenta, que crecen,
y entonces recordarás,
que tan sólo fue un mal sueño,
una burda pesadilla
que te tocó por desgracia,
en aquél tiempo vivirla.

Eso si, siempre habrán cosas
que no tengan solución,
de eso ya se encargó,
aquél retorcido cáncer
que un día, se lo llevó.

Pero al ser, que tanto amaste
 y que tanto amor te dio,
se quedará para siempre
dentro de tu corazón.

      María A. Catalá 
          2005-06-27


No hay comentarios: