jueves, 18 de abril de 2013

UNA TRISTE EMPANADILLA


Me dejaste de recuerdo
una simple empanadilla
hecha, con tus propias manos
aquél año,
que viniste de Melilla.

Yo no se por qué motivo
ni que método empleó
pero se quedó escondida
en la esquina de un cajón.

Está lustrosa y brillante
como acabada de hacer
más que un fósil pareciera
un manjar, a punto para comer.

La guardo con el cariño
de estar hecha por mi padre.
Un recuerdo un poco raro
pero con mucho valor
porque la hicieron sus manos
en medio de aquel verano
que hizo, tanta calor.

María A. Catalá
17-03-2006

No hay comentarios: