Con
los huesos en la cárcel
quisiera
ver a esta gente,
que
maltrata a los ancianos
que
no pueden defenderse.
Lucrándose,
de su mísera pensión,
de
sus bienes personales,
robando
la dignidad
de
unos pobres carcamales.
Personas
que necesitan
el
cariño, más que nunca
porque
vieron en la vida,
guerras,
miserias, penumbras…
y
en el final ¿qué les queda?
los
recuerdos de una vida,
paciencia
para morir…
y
unos viles desalmados
les
quitan la dignidad
y
la mísera salud.
Después
dicen de las hienas.
Delito
en primer grado
por
el trato vejatorio
que
les dan a los ancianos.
Esa,
seria mi condena
por
abusar de unos seres
que
perdieron casi todo
y
en el umbral de la muerte,
tan
sólo, les quede pena
María
A. Catalá
2005-06-16.
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