Cuando
yo era pequeñita,
sólo
existía el Belén.
Los
árboles navideños
vinieron,
mucho después.
Se
montaba el nacimiento
recordando
al Niño Dios,
con
alegría, con respeto
y
devoción.
Pero
el Belén se cambió,
por
un luminoso árbol
que
trajeran desde fuera
esos
yanquis americanos.
Vamos
perdiendo lo nuestro.,
Las
costumbres, las tradiciones
aceptamos
las de fuera
sin
imponer condiciones.
El
mundo se hizo pequeño
y
se mezclan las culturas
más
no olvidemos la nuestra
aunque
adoptemos las suyas
María
A. Catalá
12-12-2006
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