Acaso
fuera su muerte
el
inicio, de una joven democracia.
Acaso
fuera su suerte,
quien nos
hizo vivir ,para su desgracia.
Lo
apartaron de esta vida
por un
método inhumano
más nunca
se justicfia
la
muerte, aunque sea la de un tirano.
Franco no
lo resistió
y al poco
tiempo murió
terminando
así
la lucha
de dos Españas
tras una
guerra brutal.
Más ETA,
sigue matando
sin
abandonar las armas
basando
sus teorías
en pro de
la libertad.
De nada
sirven las muertes.
Los dos,
se llamaban Blanco,
uno de la
dictadura,
y otro de
la democracia.
Carrero
voló hasta el cielo
y a Miguel
Ángel lo asesinaron
con dos
tiros ,de gracia.
¡Qué no
se repita nunca
estos
hechos en nuestra España.
La vida,
se marcha sola
cuando
nos llega la hora.
SIEMPRE
NO A LA VIOLENCIA
que
envenena nuestras almas.
María A.
Catalá
11-12-2005
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