Arrugados
por el tiempo
por
las penas y las fatigas,
las
luchas, los sufrimientos
de
su paso por la vida…
Con
la mirada perdida
ausentes
en la realidad,
recordando
viejas glorias
que
quedaron sin final.
En
su memoria el recuerdo
de
que tuvieron familia
pero
hasta eso les falla
a
estos viejos, en la vida.
Mueren
solos,
prisioneros
en su morada,
nadie
se acuerda de ellos
nadie,
repara en su falta
Son
viejos
que
estorban en todas partes
sin
que exista presupuesto
para
poder ayudarles.
Si
se muere…uno menos
y
una vivienda vacía
pensará
su fiel casero.
Muchos
adelantos,
mucho
lujo
mucho
progreso,
pero
olvidamos
a
nuestra gente mayor
dejando
que se consuman
en
la pena y el dolor.
Olvidamos,
a nuestros viejos
María
Catalá
2-02-2007
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