lunes, 18 de marzo de 2013

18 DE MARZO 2005


En un día como hoy,
(Un 18 de marzo),
nos dejó,
se marchó, sin dejar rastro.

Me tenía que haber quedado
hasta entonces,
 en Melilla,
que permanecer a su lado
cuando ya se me moría.

Pero hubo mejoría
y entonces: me confié.
Tenía que haber estado
hasta su muerte con Él.
Pero no quiso el destino
que a tú lado yo estuviera
quedándome el resquemor
de no encontrarme, a tú vera.
Y no quise verte más,
no quise ver el cadáver
de aquella persona muerta.
Ese, no era mi padre.
Tapado con aquel tul
Apenas si hacía bulto
En aquel frío ataúd

¡Que poco quedó de Él!
¡Que mísera enfermedad!
Destruyes a las personas,
le robas la dignidad.

Papa, si tú me estás escuchando,
este beso yo te mando.
Te pido que me perdones
por no encontrarme a tú lado.

Debí siempre estar contigo.
No debí nunca marcharme
Debí ayudarte a morir
Debí estar con mi padre.

     María A. Catalá
           Marzo 2005


No hay comentarios: