Me persiguen los ruidos
me vaya donde me vaya.
En casa son los del gas
los que molestan mi calma.
Me marcho de vacaciones
a gran distancia de aquí,
y me atacan otras obras
que ejecutan ,ahora allí
Las 8 de la mañana
y ya comienza el ruido.
A las nueve, ya se van
al desayuno previsto.
Después de joderme el sueño
los albañiles en cuestión
¿Qué pasa, qué me tengo
que pegar el madrugón?
Me voy al apartamento
y allí también tengo obras
¡Qué altura ya de taladros,
de sierras y amoladoras.
¡Qué pesadez de ruidos!
¡Qué hartita estoy Señor
con tantas pesadas obras!
María A. Catalá
27-07-2008
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