sábado, 23 de marzo de 2013

MI MÁS TRISTE ORACIÓN


Viendo que ya me dejaba,
y no pudiendo hacer nada
para salvar a mi madre,
le recé un Ave María
que sirvió de despedida
antes de que se marchase.

Diciendo el amen final
mi madre cerró los ojos;
más que fe o devoción
contenía esa oración
comprensión, hacia mi madre
porque ella si creía
en su Virgen y en su Dios.

Es el rezo más sentido
que mis labios declinaran,
ese fue, mi último adiós`
por dedicárselo a ella
el día que se marchara.

Hoy, es el día de Los Santos
y no puedo visitarla
por no encontrarme en mi tierra.
Rezaré un Padre Nuestro
para que junto al Maestro
gocen de  la vida eterna
 Vuestra hija Mari

                           María A. Catalá
                           01-11-2005

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