Cuan efímera es la vida
si pensamos en el futuro,
cuando crees que la controlas
aparece lo más duro:
Enfermedades, accidentes,
desgracias inesperadas,
y lo peor de todo, la muerte;
empleando la guadaña.
Aparece muchas veces,
por sorpresa,
cuando nadie se lo espera.
A gente que por su edad
le quedarían muchas velas
por soplar.
Y repetimos lo mismo
tantas veces comentado
“se van siempre los mejores”
y es que la muerte no entiende
de edades o de bondades,
de familia o amistades.
Lanza sus tupidas redes
colmadas de vanidades,
ante ella no hay defensa,
ni estrategia,
ni pactos, que resulten negociables.
No duda sus decisiones,
su justicia, es implacable
María A. Catalá
13-01-2008
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