martes, 26 de marzo de 2013

LA MEDALLA DE MI PADRE


Un Catalá melillense
uno, de los tantos que nacimos,
que te llevó con orgullo
y que se quedó contigo.

Siempre defendió su tierra
aunque fuera pequeñita.
Siempre llevaba en su mente
a su ciudad: a Melilla

La alegró con su guitarra,
con su cante y su alegría,
participó casi en todo
lo que en la ciudad se hacía.
Allí se encontraba Antonio
siempre, con su música dispuesta
su garganta disponible
y, con su guitarra a cuestas

Cuando salía de Melilla
la seguía representando,
en los congresos flamencos,
en las fiestas regionales,
en Almería o Navarra
allí tenía Melilla, una guitarra.

Casi al final de su vida
su tierra le compensó
el  amor y dedicación
a este trocito de España
que así lo reconoció,
concediéndole a mi padre
esa medalla de oro
de, la pequeña autonomía
y allí se quedó en su tierra
donde en paz también descansa

Y quedan más Catalá
que por siempre llevarán
a Melilla, en su alma.

                       María A. Catalá
                                2005-02-15


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