Sol tibio de la mañana
que comienzas a salir
acaríciame la cara
dame un poco de calor
porque el invierno es muy frío
y tus rayos amigo mío
me despiertan la ilusión.
Sol de mediodía de agosto
no trates de achicharrarme
no me quemes con tus rayos
tan fuertes y penetrantes
Ponme un poquito morena
sin males ni quemaduras
trátame querido sol
con tu más, dulce ternura.
Sol que me indicas la noche
cuando empiezas a esconderte
tu resplandor amarillo
se ha puesto, anaranjado.
¡Qué placer, que maravilla
contemplar tu hermosa puesta
cuando te ocultas
por detrás de aquella puerta!
María A. Catalá
22-07-2005
No hay comentarios:
Publicar un comentario