sábado, 23 de marzo de 2013

VACIAR EL SACO


Nos tragamos los enfados
sin decir lo que pensamos
en el momento oportuno
y vamos amontonado
los pesares y el dolor
por falta de decisión
en un saco muy profundo.

Callamos a veces, por no ofender.
Otras quizá, hasta por miedo,
por no sabernos explicar,
porque el otro no sepa escuchar,
por timidez o cobardía,
porque no sea nuestro día
o por muchas cosas más.

El saco se va llenando
provocando resquemor,
malestar interno
y…lo que se pudo arreglar en ese momento
se convierte en un tormento
que  algún día estallará.

Así somos los humanos
incapaces de emplear a tiempo,
las palabras.
Con lo fácil que sería
en esos momentos, usarlas.

María A. Catalá
26-07-2007

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