Caminamos sin fronteras
guiados por el destino
expectantes a las sorpresas
que encontramos en el camino.
De poco sirve el dinero,
o,la fuerza de voluntad
el trazado está marcado
y no tiene marcha atrás.
Nacemos, marcados por el destino
y paso a paso seguimos
los caprichos del azar.
Sus tentáculos acechan
a la vida alegremente
aplicando su justicia
que tenemos que aceptar.
¿Qué me tendrás preparado?
¿Qué guardas en la chistera?
Por si acaso viviré
disfrutando lo que pueda.
No seas malo con los míos.
No me gustan las sorpresas
si no me traes alegrías
tampoco me traigas penas
María A. Catalá
22-10-2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario