Corro por mis pensamientos
y me vienen los recuerdos
de vivencias ya pasadas;
y añoro, aquellos momentos
de alegría y felicidad
que me concedió la vida
llenos de risas y paz.
Otros fueron
más tristes y melancólicos
más crueles, más dolorosos.
Hirieron de muerte mi alma
dejandome desconsuelo
alterando así, mi calma
Y dejan en mi interior
un daño, irreparable
que no se borra jamás
es la muerte de mis padres
María A. Catalá
08-08-2006
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