¿Por
qué insistimos tozudos
en
defender la razón,
si
resulta más sencillo
más
amable y comprensible
razonar
pausadamente
sin
llevarse un sofocón?
La
razón y la comprensión,
deberían,
ir de la mano.
Saber
oír, es importante.
el
que no escucha, no sabe
la
teoría del contrario.
Un
poquito de paciencia
con
dosis de tolerancia
harán
de la inteligencia
una
herramienta perfecta
que
albergará la esperanza
de
entendernos los humanos
de
una manera, civilizada.
María
A. Catalá
16-10-2006
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