¡Qué injusta es esta vida
a veces, con las personas!
¡Qué injusta es la existencia
de los que sufren y lloran!
Gente amable y servicial
que te dan todo el cariño
sin pedir, sin preguntar;
ofreciendo lo que tienen,
arriesgando mucho más
que su esfuerzo y su trabajo
su vida, su libertad.
Sufren, con los que son pobres,
Lloran, con los que padecen,
sin recibir nada a cambio,
nada más, que el cariño
de esta gente,
que ven en estas personas
su única solución
porque son en esta vida
su esperanza y salvación.
Ellos, atienden su hambre
les ayudan a sanar,
les proporcionan si pueden
un poco de dignidad.
Aguantan lo que les venga,
calores y enfermedades
en medio de las contiendas
lejos, de sus familiares.
Personas de una bondad infinita,
de una calidad humana…
difícil de superar
en esta vida mundana.
Luchan por seres humanos
que con frecuencia ignoramos
que viven en esta tierra.
Lavamos nuestras conciencias
pensando que son felices
viviendo, a su manera
Gracias, a personas como
ellos
que derrochan tanto amor,
queda una esperanza abierta
para el hambre y el dolor
Seres maravillosos como:
Teresa de Calcuta,
como, Vicente Ferrer;
que dedicaron toda su
vida
a hacer el bien.
¡Ojala que en esta vida
hubiera más gente así,
que estando bien repartido
podríamos todos vivir
María A. Catalá
24-01-2007
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